10 cosas que voy a echar mucho de menos de Alemania

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(y 10 que estoy deseando perder de vista!)

 

Ya os contaba aquí hace unos días lo duro que había sido tomar la decisión de volvernos a España. Hoy, a modo de ritual de despedida y un poco resumiendo las anécdotas que han marcado estos años, os cuento lo que más me va a costar dejar atrás, y también todo lo que me pone negra de este país: mis Pros y Contras de vivir en AlemaniaQuizás le sirva a alguien que esté en una situación similar o pensando en venirse a vivir a Alemania con niños, o quizás, a los que ya estáis pero no muy convencidos, os a ayude a ver con otros ojos lo que hay de bueno, que es mucho. Porque lo malo es fácil, todos lo vemos enseguida, pero los bueno cuesta más… En cualquier caso, os adelanto que es mi forma muy personal de ver las cosas y no todos tenemos que verlas igual, para gustos los colores!

 

El lugar perfecto no existe…

 

Nosotros, que hemos vivido en tantos sitios, que hemos viajado tantísimo, que hemos cambiado de vida, entorno y hábitos en un click; que siempre nos hemos conseguido adaptar a todo, os lo podemos confirmar: el lugar perfecto no existe. El lugar perfecto eres TÚ y es ahí donde hay que centrar la atención. Siempre se echa de menos algo, claro, porque cada lugar te enseña cosas que te cambian para siempre. Pero allá donde vayas, siempre te llevas tu equipaje «emocional», tu forma de ver y de sentir el mundo, tus virtudes pero también tus heridas, tus bloqueos, tus disonancias, tus paranoias… y en poco tiempo todo tu entorno se confabula para crear tu nuevo escenario de aprendizaje, donde te encuentras personajes y situaciones similares a las que tenías antes… de las que probablemente huías con mayor o menor consciencia. Quizás tengan otra cara, hablen otro idioma y tengan otro papel en tu vida, pero al cabo de un tiempo te das cuenta de que tu historia se repite… Te das cuenta de que no puedes huir, solamente enfrentarte cara a cara, para evolucionar.

Os comento esto, porque me ha sorprendido muchísimo la reacción masiva de amigos, conocidos y lectores respecto a la decisión de volver… y es que hay esta creencia de que «como en España en ningún sitio» que a mi modo de ver no es nada real… Ni es el paraíso ni es el infierno. Compararlos no sirve de nada, cada lugar tiene lo suyo…

Sí, estamos de acuerdo en que España tiene una energía muy característica y única que te arrastra nada más llegar y esto se hace muy evidente para gente que viene de lugares con una vibración mas «estable» (que nosotros llamaríamos aburrida). Pero resulta que España tiene sus cosas malas también, muchos no las vemos por la costumbre y porque es «casa», pero cuando uno sale al mundo y observa, es inevitable darse cuenta. La calidad de vida, la alegría y la fiesta se pagan caras en muchos aspectos que van más allá de lo obvio a simple vista. Aspectos como las infraestructuras sociales, de educación y económicas por ejemplo. Es un poco como los amigos que siempre están dispuestos a salir contigo de fiesta y se apuntan a un bombardeo, pero que luego cuando te pasa algo gordo y los necesitas no están ahí… España, como Alemania, también tiene sus sombras. Pero de eso os hablaré otro día…

 

Las 10 cosas que voy a echar más de menos de nuestra vida en Múnich:

 

1 · La escuelita de Bichillo.

Sin duda lo que más nos cuesta dejar. Unas maestras estupendas que le han dado toda la calidez humana que pensamos que no conseguiríamos tener en este país, un grupo de niños y de familias genial, y un concepto organizativo que no sé si encontraremos en Valencia (estamos buscando, si sabéis de algo decidme!)… La escuela, de inspiración Waldorf, tiene niños de 2 a 5 años todos juntos (esto nos encanta, ahora nos parece impensable meterla en un grupo con niños solamente de su edad…), y esta gestionada por los padres. Es bilingüe Español-Alemán. La base es una asociación de padres que gestiona TODO de forma muy organizada: nos toca comprar cosas, hacer reuniones, papeleos, elegir catering, pagar alquiler, tomar decisiones… involucrarnos en todo lo que pasa. El trabajo está repartido y todos cumplen sin escaquearse (esto quizás sería difícil de coordinar en España porque la masa tiende -sin generalizar, que nadie se ofenda- al mínimo esfuerzo). Es cierto que da muchísimo trabajo, y a veces las propuestas que te has currado no llegan a suceder, pero la sensación de formar parte de algo, de poder influir, ayudar y ser directamente responsable de la educación de tus hijos no tiene precio.

Os dejo unas fotos que no son exactamente de nuestra guardería pero os muestran el estilo de lo que hace Bichillo cada día:

 

2 · El trato y la importancia que tienen los niños aquí.

Hay mucho más respeto por los niños. Tal cual os lo digo. Se les escucha, se les incluye en todo, se piensa en ellos, se cuenta con ellos, están presentes en la sociedad. No son para nada invisibles y esto se refleja en muchas cosas, como la cantidad de actividades y lugares que hay para ir en familia, o los pequeños rinconcitos de juego que te encuentras en grandes superficies y en negocios privados. De hecho, me atrevería a decir que esta sociedad Alemana está organizada para vivirla en familia. Si hay un lugar donde puede que haya niños, están sobradamente preparados para ello con mesitas, pinturas, juguetes chulos y bien cuidados, cuidadoras e incluso toboganes y piscinas de bolas. Aparte de los maravillosos Spielplatz -parque- por toda la ciudad (solamente en nuestro barrio hay 8 que nos pillan a menos de 15 min andando) hay zonas de juego privadas estupendas por todas partes. Por ejemplo en los Biergarten, los DM -punto 9-, como un tobogán gigante dentro de en una zapatería del centro que encontramos por casualidad, o como el detalle de que las cafeterías normales sirven Kindercapuccino en tazas de verdad por 50c (algunos incluso te lo traen gratis cuando te ven con niños). Para las mamás recientes existen los Kinderafés y los Mutterladen donde puedes ir con tu bebé y hay desde cunitas/hamacas hasta habitaciones enteras de jugar, para que ellos se entretengan mientras tú estás con otras mamás, y si no conoces a nadie hay charlas y actividades organizadas para grupos que cubren todas las edades del bebé. Aquí estas cosas se dan por hecho… y hay muchas! Eso sí, cuesta encontrarlas porque no son evidentes. Y bueno, otro tema es cómo se espera que se comporten esos niños y cómo se les educa, una de cal y otra de arena… pero de eso os hablo en el punto 3 de las «10 cosas que estoy deseando perder de vista».

3 · Los parques y las infraestructuras para niños.

Seguimos hablando un poco de lo mismo, a nivel «organización de la ciudad». Porque los parques son flipantes, hay muchos y muy distintos. Hay hasta una App que te cuenta y valora qué atracciones tiene cada parque del mapa. Los parques tienen tierra, agua, árboles, piedras, plantas, montículos, naturaleza… Los niños pueden subirse a los árboles y caerse y abrirse la cabeza, pero sorprendentemente no sucede. Porque los niños aquí están asilvestrados: aprenden desde MUY pequeños a ser independientes y a valerse por sí mismos. La comparación con los parques Españoles típicos es apabullante. A los bebés de 6 meses les plantan un traje impermeable y les dejan en la tierra comiéndosela a puñados y nadie dice nada. Eso es otra, haga el tiempo que haga, a la «hora wiki» hay cientos de niños jugando, embutidos en el atuendo correspondiente -dependiendo de la estación- y siempre con su gorrito (sí, en verano también, para evitar el sol). Y no solamente infraestructuras de parques sino de todo tipo. Puedes ir a cualquier sitio con carrito de bebé, hay ascensores y aceras anchas. O por ejemplo, en las horas de entrada y salida del colegio es normal encontrarse niños bastante pequeños SOLOS por las calles, en su bici o patinete, yendo o viniendo, y tampoco pasa nada porque las calles están preparadas y ponen policías en todos los cruces grandes. Y además de toooodo esto, las ayudas sociales que hay para niños, desde su nacimiento hasta la edad adulta (por ejemplo, desde que nació Bichillo el estado nos da casi 200€ mensuales «por que sí», más todas las ayudas puntuales que puedas ir solicitando de acuerdo a tu situación, las prestaciones de maternidad y paternidad, etc).

 

4 · La vida Bio y ecológica normalizadas

Esto me encanta. Los alemanes en general, son muy responsables con el medio ambiente. La basura orgánica hace el compost de los parques de la ciudad; todo el mundo recicla todo, el vidrio se reutiliza casi al 100% (se devuelven las botellas a cambio de dinero, como antaño), se compra mucho Bio y sin embalaje, se come mucho producto de temporada, se reutiliza muchísimo la ropa, se hacen muchas cosas a mano con materiales naturales… Hay una oferta muy importante de ropa consciente y de comercio justo, más cara pero de muy buena calidad. Y hay mucha gente que vive 100% de acuerdo a estos principios y no son ni «hippies» ni «perroflautas»: son personas normales integradas en la sociedad, muchos de ellos con un poder adquisitivo altísimo que eligen este modo de vida porque lo consideran más coherente y pueden permitírselo. Y bueno, no me quiero dejar el hablar de la cantidad de bicis que hay y la red de carril bici, de los remolques para niños y de las familias enteras que se mueven sobre dos ruedas como medio principal de transporte. Ojo, que también está muy presente la cara «B» del consumismo desenfrenado, pero sorprende lo arraigada en la tradición y presente en la cotidianidad que está esta opción de vida ecológica.

5 · La naturaleza y el amor a lo natural

Estar a los pies de los Alpes es una sensación increíble, en cuanto sales de la ciudad hay unas vistas alucinantes, con una gama de verdes de una intensidad que pocas veces se ve en España (ni siquiera en Asturias!). Los Alpes son unas increíbles masas de roca altísimas que emergen de planicies, verlos de lejos da una sensación de pequeñez e insignificancia muy potente. Los bosques de esta zona de Europa son simplemente espectaculares y están presentes dentro de las ciudades: los parques en general son muy salvajes y respetan las especies autóctonas. Aparte, es que además cuida mucho la naturaleza, está muy integrada en la vida cotidiana, en la ciudad. La gente pasa muchísimo tiempo en sus terrazas y jardines, monta huertos en sus patios o en zonas abandonadas, o incluso hacen mini-jardines con enanitos y mini-estanques en los agujeros de los árboles de la acera, delante de su puerta. Hay plantas y flores estacionales por todas partes todo el año, se encuentran hasta en el súper. Es muy normal ayudar a los pajaritos durante el invierno ofreciéndoles comida y a las abejas y mariposas en la primavera plantándoles plantas que les ayudan a subsistir. Las «mesas de estación» Waldorf son de lo más normal, todo el mundo tiene en sus casas centros de mesa de acuerdo a la estación del año y sus frutos. La vida está muy marcada por las estaciones del año, los ciclos de la Tierra. En cada época se hace una cosa, se come una cosa, se hace una actividad característica masivamente…

 

6 · La música

A pesar de ser una de las primeras razones por las que nos vinimos aquí, ha pasado a ser el punto 6 después de dejarnos conquistar por las maravillas de la cultura familiar Alemana. Porque aquí NADIE (ni siquiera el mendigo de la esquina) te pregunta cosas como «¿y de verdad que vives de eso?» o «¿en qué banda tocas?» ni hace risitas o comentarios paletos cuando te ve con el contrabajo por la calle. Ser músico clásico es una de las profesiones más valoradas por la sociedad, cuando la gente de «a pie» sabe a qué te dedicas te saca conversaciones tan cultas que en España serían surrealistas, como hablar sobre el último concierto de la Filarmónica y de lo bien que Gerguiev interpreta a Stravisnky. Todo el mundo puede diferenciar a Mozart de Beethoven e incluso las canciones infantiles tradicionales tienen un punto muy interesante musical. Aquí el Cantajuegos lo tendría muy crudo… La música aquí existe, es parte de la vida. Incluso los músicos callejeros muchas veces son verdaderos virtuosos y te dejan con la boca abierta, he llegado a ver pianos de cola metidos en escaparates y soportales con varios grados bajo cero, incluso pequeños ensembles de músicos con pianos y marimbas, tocando desde Jazz hasta Clásica y Klezmer (que me flipa a raíz de verlo aquí). También, cuando Papá Extraterrestre me cuenta historias de su vida profesional en la orquesta, sobre cómo se gestionan conflictos y de la profesionalidad de los músicos y de todos los trabajadores, flipo en colores… Se me caen las lágrimas porque aquí todo está híper-organizado, los músicos son respetados y protegidos, la orquesta es un organismo vivo donde todo el mundo colabora por el bien común… Y ahora nos toca volver a España, donde… uf… seguimos en el Pleistoceno en todos estos aspectos básicos de convivencia profesional y humana.

 

7 · Los mercadillos y el «zu verschenken»

Hay tanta cantidad de juguetes, libros, muebles, ropa, objetos… que apenas se usan pero están como nuevos. Aquí aprecian todo esto y es una práctica muy común dejar cajas con las cosas que no vas a utilizar en la puerta del portal, con la etiqueta «para regalar», y que si a alguien le sirve, sea libre de llevárselo. Media casa nuestra está abastecida de los regalos de los vecinos y de juguetes de los «mercadillos de patio» (lo mismo, pero organizado por barrios). Resulta que una o dos veces al año se pone una fecha para que cada uno saque a vender lo que quiera. Esto es el paraíso y hay un ambientazo muy especial, desde gente haciendo pizzas, limonadas, tartas y gofres, a niños vendiendo manualidades o deshaciéndose de sus propios juguetes por nada y menos. Para encontrar cosas de bebé y juguetes de madera ha sido fantástico. Esta costumbre sigue durante todo el año online, y es muy fácil encontrar cosas de segunda mano en Ebay, súper cuidadas y a precios irrisorios o incluso gratis.

 

8 · La cerveza

Aunque una caña bien tirada y fresquita con su tapita no tiene competidor posible, la calidad de la cerveza de barril e incluso de supermercado aquí es increíble. El sabor es completamente distinto y tiene una riqueza de matices muy característica, por algo es la mejor cerveza del mundo! Además el rollo Biergarten o Brauerei, con las jarras de litro, el Breze, la salchichilla, el codillo… mola muchísimo! Si venís por Munich no dejéis de visitar nuestro favorito, Giesinger, muy tradicional pero nada turístico, con su propias cervezas artesanales y con la comida bávara más rica que hemos probado hasta la fecha… hasta los postres están deliciosos.

9 · El DM

La famosa droguería alemana es un icono entre las madres que ya no saben donde meterse con sus niños movidos como Bichillo. Y un recurso infalible para llevar de compras a las visitas femeninas. Hay de todo, incluida cosmética, alimentación y ropa infantil Bio de buenísima calidad a precios impensables en España. Además es que tienen cambiadores, mini-carritos de la compra, zonas de juegos muy apañadas y el famoso caballito que a Bichillo le encanta. Es la esencia de la funcionalidad Alemana: aquí encuentras todo lo que puedes necesitar para solucionar emergencias de última hora.

…la cantidad de tardes de invierno que no se podía estar en la calle, no sabía qué hacer y como tenía que cansar a la peque nos hemos refugiado allí mientras yo compraba de todo…

10 · La nieve

El manto blanco impoluto que cae aquí varias veces durante el invierno es una pasada. Hay mañanas que te despiertas y estás como en una bolita de nieve, pero muy calentita en la cama con tu edredón de plumas, y tienen algo muy especial… El frío aquí, sin duda, es mucho menos frío. Las casas y la ropa están preparadísimas para soportar unas temperaturas que en España arrasarían con media población. Además aquí he podido ver por primera vez copitos «de verdad» y admirar sus bellas geometrías; porque cuando nieva, los copos caen tal cual y sus formas perfectas se ven sin necesidad de usar un microscopio! Cuando cuaja una nevada y sale el sol, las calles se llenan de niños vestidos de colores brillantes en trineos y resurge la vida en medio del invierno. Es precioso, y algo que me encantaría que formara parte de la infancia de Bichillo ahora que se va haciendo mayor. La pobre apenas lo ha podido disfrutar, este invierno solamente nos ha nevado un par de días y enseguida nos mudaremos… ahora mientras escribo está nevando, pero no sé si aguantará por la tarde para que podamos salir a jugar…

 

Y las 10 cosas que estoy deseando perder de vista de Alemania:

 

1 · La sensación constante de no ser de aquí

Me vais a decir que esto pasa en todas partes, pero no. Siempre que estás fuera de casa (e incluso en casa) tienes más o menos la sensación de extranjero pero hay lugares que son más abiertos y lugares que menos. Aquí, en Baviera concretamente, han habido MUCHAS veces que alguien nos ha recordado con mayor o menor elegancia que éramos inmigrantes; algunas veces de forma bastante racista y maleducada. Otras veces es un gesto sutil como hacer como que no te entienden y ponen cara de culo, no quieren cambiar al inglés, o te hablan más rápido y con más acento.

Por supuesto hay muchísima gente maravillosa, entrañable, amabilísima y muy abierta de mente, pero es que no ha pasado un solo mes sin que sufriéramos una o varias experiencias de estas. Muchas veces, la gente cambia de actitud radicalmente cuando les hablas en alemán o cuando les comentas que tu marido trabaja en la filarmónica, lo cual me parece, cuanto menos, curioso. Pero a veces, estos comentarios «inocentes» salen en momentos de tensión, como cuando mi marido rozó un BMW descapotable aparcando y la mujer llamo a la policía porque «vio que era extranjero»; o cuando necesitas explicarte en inglés porque es algo complicado y alguien perfectamente culto se niega a escucharte si no hablas alemán porque «estas en Alemania y aquí no se habla inglés», o cuando en el hospital arreglando papeles a punto de parir alguien te grita que todo este lío no pasaría si te fueras a parir a tu país. Y no, no es nada agradable, porque te recuerda constantemente que no estás en casa y que, por muchos años que estés, nunca vas a integrate de verdad.

 

2 · El amargamiento profundo. La siesitud.

No sé si es un tema del clima, del sufrimiento histórico o de qué, pero es muy común encontrarse con gente que vive en un estado absolutamente gris y anodino con ese toque amargado tan característico. Gente que no es capaz de sonreír, que te mira como si te perdonara la vida por ser alegre (yo que pensaba que todos teníamos neuronas espejo y una sonrisa podía con todo…). Y no solo son ancianos gruñones, me los he encontrado de todas las edades, y sorprendentemente muchos de ellos en trabajos de atención al público. Puedes intentar ser simpática y agradable con ellos y no obtienes ni el más mínimo gesto de empatía, son como robots. Fríos incluso con Bichillo, y es que aquí existe gente que no se le escapa ni media sonrisa e incluso aparta la mirada cuando la niña les hace toda la serie de monerías en una cola del súper o en el metro. Muchos incluso se molestan y te llaman la atención cuando vas hablando por la calle o tarareando feliz con la peque. Es muy fuerte, y lo creáis o no, es una de las cosas que me dan mas miedo de aquí, es como si fuera un virus. Porque pasan los meses y te das cuenta que te ríes menos, que te empiezas a sensibilizar a la gente hablando alto o de forma expresiva, que le empiezas a mandar a tu hija callar cuando estás en lugares públicos para «no molestar», que te cortas de acompañarla cuando la niña empieza a cantar o a hacer percusiones con juguetes… Y es que hay una línea MUY delgada entre civismo y siesitud…

 

3 · El cuadriculamiento. Las reglas estrictas para todo

Esto me parece exageradísimo. Hay miles de reglas para todas las posibilidades posibles que se os ocurran de cada tema que existe en la vida. Pero que no se os ocurra hacer apaños porque ES IMPOSIBLE. Inconcebible para ellos, porque nadie, nunca, rompe las normas, no está en su sistema. Ni se les ocurre que se pueden romper… Las cosas se hacen ASÍ y punto. Los problemas se solucionan como dicen los libros porque las soluciones alternativas no sirven, si sirvieran estarían escritas ya por los profesionales de la materia. Porque si no eres profesional, no puedes atreverte a hablar de un tema, ni rozarlo… es inaccesible. Y como todo funciona a la perfección, el país crece, hay empleo y la calidad de vida es muy buena, nadie se plantea que algo pueda ser diferente o mejor… Si sigues las normas te premian, todo funciona para tí; intenta saltártelas y estás fichado, desde la guardería (sí, el otro día me enteré en una reunión de que ya toman notas de los niños que tienen comportamientos conflictivos para un archivo que se guarda más de 30 años!, en teoría para evitar «abusos» y localizar perfiles psicológicos peligrosos). Esto, que parece tan exagerado cuando os lo cuento (sí, quizás me he pasado un poco para que lo entendierais…), forja una forma de ser y estar en el mundo muy monocromática y predecible. Fácil de controlar, todo el mundo sigue las normas por inercia, nadie se rebela. Y me parece que ahora que los tiempos cambian tan rápido y hay tanta información a nivel global, la gente se empieza a dar cuenta y lo están cambiando. Aunque aún no ha mejorado en la enseñanza. Aquí la gente está programada masivamente para producir, para ser útil al sistema en las formas establecidas, y el sistema educativo es su mayor herramienta. Sí, y la educación aquí es cojonuda, inmejorable para ser moldeado como un engranaje de altísíma calidad -calidad alemana, ya os digo- de su maquinaria perfecta, cuadriculada, que nunca falla… No se a vosotros, pero a mi esto no me acaba de convencer…

4 · Los médicos

Pues no se si tiene que ver con el punto anterior de seguir las normas tan a rajatabla, con la implícita falta de creatividad y empatía a la hora de relacionarse con los pacientes, o si es que ha sido mala suerte… pero a mi me han tocado algunos médicos que daban miedo. Muy profesionales pero muy poco intuitivos. Mi primer contacto fue fabuloso: en mi 7º mes de embarazo un estudiante de ginecología me recitó de memoria, impecablemente y sin ningún tacto, el libro de medicina con todos los síndromes chunguísimos que podría traer Bichillo por medir 1cm menos de la talla esperada en la ecografía que me acababan de hacer. Se le olvidó el «pequeño» detalle de que yo estaba unas semanas más avanzada en el embarazo de lo que debía ser para esa prueba en concreto y que tanto su aparato como su programa de cálculo de percentiles no podían medir con exactitud a mi bebé porque era ya demasiado grande para verlo en un plano fijo. Bichillo nació perfecta (pequeña para los estándares alemanaes) pero a mi nunca se me fue la duda hasta que la ví; me pasé 3 días horribles llorando amargamente y muerta de miedo…

Otras experiencias incluyen: una bronquitis asmática tratada durante meses y meses con el medicamento erróneo porque el médico me daba de todo menos lo que yo le decía que tenía ya probado y comprobado en España que me lo quitaba al momento, porque el Dr. consideraba que era muy fuerte. Una conjuntivitis infecciosa que duró más 3 meses y no se quitaba porque la primera vez que me recetaron el antibiótico al brillante Dr. se le ocurrió recortarme la dosis de colirio de 5 a 2 gotas al día para no afectar la lactancia y eso me creó resistencia al virus. Como recuerdo de tanto antibiótico se me ha quedado el ojo seco como una pasa y soy adicta a la lágrima artificial… Y una cadera inmadura de mi bebé al nacer, que fue tratada con arnés durante sus primeros meses de vida y nos partía el corazón… y que estoy segura tuvo que ver con la maniobra de Kristeller de mi parto, junto con un útero desgarrado con Dios sabe cuántos puntos que ha tardado más de un año en no doler…

 

5 · La no-abundancia

Esto me resulta un poco difícil de explicar… En Alemania siento que hay algo parecido a un acuerdo colectivo de austeridad que no acaba de tener sentido porque parece haberse quedado atrás con el resto de aspectos en los que sí están muy adelantados. Una parte se explica con lo que hablo en el punto 4 de «la vida Bio» en las cosas que voy a echar de menos, pero otra no lo acabo de entender. Y es que buscas cosas y no están disponibles, o no existen, o «no se venden ahora» (aunque estés en plena temporada). Menos mal que existe Amazon… No entiendo por qué resulta dificilísimo encontrar todo lo que no pertenezca a esa estación o momento, al parecer pre-acordado por todos los comercios de la ciudad. De repente hay muchísimo de algo porque es «el momento de comprarlo» -que solamente ellos se saben- y luego en pleno invierno es prácticamente imposible encontrar unos guantes y un gorro de niño porque los sacaron a la venta en Octubre, y los que se lo saben se los llevaron corriendo. Ahora, por ejemplo, con todo nevado, es el momento de elegir bañadores, ya te están vendiendo la ropa de dentro de 5 meses, y lo peor es que si no la compras te quedas sin los modelos más decentes y a lo mejor luego ni encuentras talla!!! La mejor forma que he encontrado de saber en qué época del año «comercial» estoy es mirar asiduamente los folletos del Lidl, Aldi y Tchibo, los 3 grandes que venden de todo absolutamente a precios competentes, eso sí, cuando «toca».

Y luego está el tema de la comida… Según qué alimentos, si no te das prisa, no los pillas porque sacan lo justo en el supermercado y se agota corriendo… Que no se os ocurra ir el sábado por la tarde a comprar comida porque está todo pelao, como si empezara la guerra al día siguiente, a veces no hay ni leche ni huevos! Y os hablo de una ciudad grande con supermercados grandes… no me quiero ni imaginar cómo es en los pueblos… El domingo, hasta hace unos meses, era IMPOSIBLE comprar comida en la ciudad de Munich, si te quedabas sin algo lo único que podías hacer era pedirle al vecino. Y por no hablar de los puentes de 3-4 días donde se cierra todo y no hay manera de comprar nada en ningún sitio. Al principio de llegar aquí nos pillaron un par de ellos y no nos lo podíamos creer… ahora, por suerte, empieza a haber supermercados que abren hasta las 11 de la noche y en festivos… Seguid leyéndome, que empalmamos con el siguiente punto:

 

6 · La comida

Pues la calidad y variedad de la comida deja mucho que desear. Incluso pagándolo, no es comparable a lo que hay en España. Y también hablo del salir a comer por ahí… Nosotros tenemos 3-4 favoritos de 20 restaurantes que habremos probado en este tiempo y al final, por lo general, es tanto el fail de experimentar con sitios nuevos (a veces con clavada incluída), que acabamos repitiendo una y otra vez lo que nos gusta, que no es gran cosa: Hamburguesa, Italiano, Japo, el Bávaro que os dije antes y Thai. Pero creedme que lo de la comida aquí es lo peor… estoy harta del pescado congelado, del fresco a precio de oro pero sin piel (esto nunca lo entendí, el por qué es absolutamente imposible encontrar un pez tal cual, con piel y espinas, o una gamba con piel y cabeza…). Estoy harta de no poder darle a mi hija una pieza de fruta madura y con sabor, de que los tomates sean de plástico -incluidos los Bio-, de que el pollo no sepa a nada y de que no haya punto medio entre el pollo hormonado-guarrete de supermercado y pollo Bio a 40€ el Kg. He observado cuidadosamente los carros de la compra de los Alemanes durante estos años y os puedo confirmar que la mayoría se alimentan casi exclusivamente de pan, queso, patatas, cerveza y salchichas. En la guarde me lo confirman cada semana cuando leo los menús: lasagna, gnocchi, patatas cocidas, rosti de patata, spaghetti, arroz blanco, bolitas de pan… Las legumbres ni las ven, y el pescado mas o menos… Y aún así, sorprendentemente, los niños crecen.

No os cuento mi rutina de compras porque es para echarse a llorar… doy mil vueltas para encontrar las cosas porque no hay de todo en todas partes… Y luego están las elaboraciones, hay que trabajar mucho para que la comida sepa rica… Aquí lo camuflan todo con hierbas, salsas de paquete y especias pero los alimentos no tienen sabor de base… es muy deprimente, de verdad.

 

7 · Los horarios y los domingos

Pues un poco lo que ya os decía en el punto 5, que los domingos nada más abre la Iglesia. Y los días normales, a las 6 de la tarde está casi todo cerrado, solamente las grandes superficies y franquicias se quedan abiertas hasta las 8. Me parece además muy curioso que los horarios de máximo público comercial son los sábados a las 2-3-4 de la tarde, justo cuando a mi me gustaba salir de compras en España porque estaba todo el mundo echando la siesta…

 

8 · La sensación de que todo es dificilísimo

Supongo que nos pasa a todos los que vivimos en otro país, integrarse en otra cultura significa también hacer un cambio de chip para prácticamente todos los asuntos de la vida. Las cosas pueden ser muy parecidas pero siempre hay algo ligeramente distinto, un procedimiento, una forma de actuar… A veces es un detallito, y cuando por fin lo pillas, se te soluciona la vida de repente. Y esto es lo que nos ha pasado aquí, hemos dado millones de vueltas para cosas simples, nos ha costado muchísimo solucionar todo. Ha sido desesperante, desde encontrar piso, hospital para parir, médicos, guardería, contratar Wifi, acceder a según qué sitios, entender qué narices hacía la gente los fines de semana para no suicidarse… En parte, nuestra «llave maestra» ha sido el entender que hay que cumplir las normas a rajatabla para ser incluido en la «manada», y sobre todo en lo que respecta a los tiempos. Osea, anticiparse mucho en el tiempo a TODO. Esto a veces significa simplificar muchísimo tu realidad para encajar en sus clasificaciones mentales y es algo que he encontrado terriblemente frustrante.

 

9 · El sistema escolar aleman

Ya os había comentado algo antes, pero ahora vamos en profundidad. Aunque la primera infancia aquí está súper respetada, se fomenta el juego libre, el contacto con la naturaleza, la independencia, etc… y luego se retrasa lo máximo la entrada al colegio (se puede retrasar hasta los casi 7 años, dependiendo de la voluntad de los padres y la madurez del niño, se hacen hasta exámenes psicológicos para evaluar si está preparado); una vez el niño comienza la escuela, su vida cambia radicalmente. Siempre me ha llamado la atención que no se ven niños en las calles de edad escolar jugando: resulta que están en casa ocupados estudiando. La asistencia al colegio es obligatoria, si el niño falta al colegio te envían a la policía a casa, faltar por alargar un puente o unas vacaciones está penado por ley. Y es que son súper estrictos. La característica más aterradora es que, a los 10 años, se clasifica a los niños, según sus capacidades intelectuales, intereses y calificaciones en tres grupos: los que van a ir a la universidad, los menos brillantes que van a ser obreros o a trabajar con las manos, y los de en medio, que harán estudios tipo FP que requieran algunos estudios como enfermería o fisioterapia. Estas «inocentes» clasificaciones (más aquí y aquí) marcan de por vida a los aún niños y parece que hay un nivel de stress y depresiones infantiles bastante alarmantes.

10 · Las viejas-policía y los educadores en civismo

No es nada nuevo, en España tenemos a «las viejas del visillo» y aquí hay esto… Me parece bastante exagerado las libertades que se toman en este sentido, supongo que será algo cultural. Y es que siempre hay alguien, normalmente gente aburrida y bastante amargada, que te indica cómo comportarte de acuerdo a «las normas». Lo que me molesta no es el hecho de que te comenten algo por la calle, sino la forma en que lo hacen y que normalmente la gente solamente se dirige a tí para quejarse, de una forma bastante poco respetuosa y educada. Por ejemplo, si vas caminando y mirando el móvil te regañan o incluso pierden los papeles y te gritan de malas maneras, sobre todo si vas manejando el carrito de bebé con la otra mano, aunque vayas a 2 por hora en una acera sin gente. Si cruzas en rojo -aunque no venga nadie- y hay niños delante es muy posible que te llamen la atención, o si se te cae un papel al suelo te avisan para que lo recojas, si tiras la basura mal dividida o si pones la lavadora después de las 10 de la noche puede que recibas una nota de los vecinos. Con los bebés también hay un mundo aparte de lecciones morales: que si lleva gorro, que si no, que si se quita un zapato, que si está chupando algo, que si está poco abrigado, que si habla alto, que si llora mucho… Todo bien, pero lo que me molesta es que luego es esa misma gente metomentodo la que se te intenta colar en el supermercado, la que no te cede el asiento del autobús cuando vas con una barriga de 9 meses o la que echa para atrás del olor en cuanto sale un poco el sol porque no se ducha y no conoce el desodorante. Luces y sombras, amigos…

 

Aunque no estéis de acuerdo con todo, espero que os haya gustado mi reflexión y no se os haya hecho muy pesada, al final tengo ya casi una novela escrita!!! 

Contadme vosotros vuestras experiencias, ¿qué echáis de menos y que no de países donde hayáis vivido?,¿qué más os flipa de Alemania, qué más os da urticaria?, ¿qué os parecen mis 20 cosas, estáis de acuerdo o en desacuerdo con alguna? y ¿qué cambiaríais en España después las experiencias por el mundo que habéis tenido?

 

Nos vemos en unos días con el resumen de la feria de juguetes de Nürnberg! Así os recuerdo las marcas que me han gustado y mis descubrimientos varios 😉

Como sabéis estamos en pleno ojo del huracán, nos mudamos en un par de semanas (aquí os lo cuento)… intentaré sacar tiempo para escribir pero no puedo prometer nada que vamos hasta arriba!

 

 

 

 

 

 

 

30 Respuestas

  1. ¿Será por todo eso que cuentas, con algunas exageraciones, que Alemania es uno de los países mas desarrollados del mundo y lo lejos que esta España de igualarlo? No entiendo tus 10 cosas que vas a echar de menos con ese tono de queja que las relatas.
    Saludos.

    • Hola Leandro,
      No creo que tenga tono de queja o exageración en absoluto, quizás estás leyendo entre líneas o proyectando algo que tú no quieres ver en tí mismo. Como dije, me parece que tanto Alemania como España tienen cosas muy buenas y muy malas, y que cada uno elige si el lugar le encaja con su planteamiento de vida. Para mí, el «desarrollo» alemán tiene muchas cosas excepcionales pero también lagunas, no me parece un desarrollo a nivel holístico. Me parece hasta gracioso tu mensaje porque, francamente, no me parece que hayas leído con atención.

  2. Muy buenas. No soy mujer, ni madre, de hecho ni siquiera tengo hijos.. .buscando otro tema sobre Alemania he dado de casualidad con este artículo y no he podido parar de leerlo desde la primera letra a la última.
    Aún no he salido de España, y solo leer tu experiencia me ha transportado allí sin moverme de casa.
    Gracias por una explicación tan elocuente, muchas veces me he planteado probar en aquel país y no hay mejor manera de conocer cómo es el lugar.
    Muchísimas gracias de verdad, espero que te vaya bien volviendo a casa

    • Muchas gracias Manuel, me encanta ver que no solo me leen mamás 🙂
      Un saludo y suerte con la búsqueda, la que sea que estés haciendo.

  3. Espero que estéis llevando bien la mudanza! Me he sentido muy identificada con muchos puntos (otros ni los conocía, como el cole tan guay de bichillo). El último de queja de las abuelas-policía me tiene harta también 😛

    • Hola Miyuki!
      Si, ya estamos instalados… como vais vosotros? han sido unas semanas intensas pero la verdad es que no se echa tanto de menos Alemania… jajaja
      Un abrazo! :*

  4. Madre mía! Como me identifico con todo lo que has escrito! Yo soy de Rumania, pero estuve viviendo en valencia por diez años y luego nos fuimos a vivir a Alemania. Pues, gran error. Solo aguantamos un año y aquí estamos otra vez, en España. Yo también temía muchísimo al virus gruñon ? pero todo lo que has contado sobre las cosas buenas es 100% la verdad. Un abrazo con mucha calor ?

    • Jajaja ya me imagino… Aunque hay cosas que se echan de menos, tampoco es todo tan negro!!!
      Otro abrazo para tí 🙂

  5. Hola!!
    He descubierto tu blog y solo puedo decir que me encanta. Este post no puede ser más acertado, no se podría explicar mejor. Soy mama en Berlín y estoy super de acuerdo con todo, aunque aquí arriba la infrastructura Es terrible, y de ascensores,, muy poquitos, o mochila o subir el carro con ayuda o a lo bruto o dejarlo fuera.
    Pero que bien definido! Felicitación es por tu blog y suerte en la nueva etapa

  6. Hola Mamá extraterrestre:
    Me he sentido muy identificada con tus artículos sobre el cambio de España por Alemania porque nosotros también hemos decidido «volver» a España. Digo «volver» porque yo soy de una ciudad de la provincia de Alicante pero mi pareja es de Alemania y se ha liado la manta a la cabeza para venirse conmigo y con nuestro pequeñín.
    Llevamos aquí 10 días y tengo sentimientos encontrados constantemente, por eso ha sido un alivio leer tus líneas. Es cierto lo que comentas, que al final, el lugar en sí no es lo importante, sino que eres Tú. Lo que yo siempre me digo es que no es importante el sitio, sino las personas que te rodean. Porque puedes estar en un lugar muy hermoso pero sentirte infinitamente sola.
    Aun así, después de 15 años en Alemania he de decir que una parte de mi corazoncito está allí y echo muchísimas cosas y personas de menos, así como mi vida y mis rutinas allí. Sé que empezar en un nuevo lugar no es fácil (aunque sea conocido) y hay que darse un tiempo para desarrollar esas rutinas, encontrar nuevos amigos y en fin, volver a sentir que estás en casa.
    Yo en Alemania siempre me sentí muy a gusto e integrada. Estaba contentísima con la mentalidad de la sociedad alemana (cuando un amigo te decía que te iba a visitar, lo hacía; la gente reciclaba; la naturaleza juega un papel muy importante en el día a día y, sobre todo, los niños son tratado como PERSONAS y no como humanos a medio hacer).
    Pero sí he de decir que desde hará unos años cada vez he sentido más el «no ser de allí» y como de la noche a la mañana me parecía que era una vida difícil la que estaba llevando. Todo eso teniendo un montón de amigos alemanes y dominando bien el idioma.
    Ahora me corroe más que nada el no poder predecir si mi hijo será aquí más feliz, mejor persona, si tendrá más oportunidades laborales, si encontraremos un colegio que le respete como es él y no lo trate «como a la masa»…
    Resumiendo, que por aquí sale el sol todos los días pero tengo muchas nieblas por disipar…
    Espero que os integréis bien en Valencia, algo de lo que no me cabe duda, pues es una ciudad más abierta y con muchas oportunidades y ofertas para los niños.
    Ojalá te vea algún día en un concierto! Un cálido saludo, Natalia

  7. Hola!

    Me ha dado mucha risa tu articulo. A mi me pasa alraves, soy alemana, viviendo en espana. Pero muchas cosas vivo igual que tu, aqui en espana. son unos culturas tan distinatas… pero bien, siempre intento de contar mas las cosas buenas. Pero la busceda de cosas…vaya!;)
    Y si, que mas echo de menos son los actividades para ninos pequenos y kindergärten. El cole aqui es un horror para mi…
    Como me doy cuenta, cuanto chilla mi hijo en alemania! me soprende, aqui suena normal.
    bueno, un bien nuevo principio! bienvenida en casa!
    nora

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