Caja mágica de luz DIY

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Un juguete japonés ESPECTACULAR!

 

Hace tiempo que quería contároslo todo y con la mudanza virtual me he retrasado bastante porque ha sido, como os cuento aquí, un proceso bastante más complicado y largo de lo que me esperaba. Pero ya estoy de vuelta, y para estrenar esta nueva etapa de mamá extraterrestre, os traigo este súper descubrimiento (de estos míos experimentales) que me tiene que no quepo en mí: la caja mágica de luz! Me he enamorado… 

 

Creatividad y experimentación de 0 a 120 años

Es uno de esos juguetes que te atrapan desde el primer momento y te llevan a una dimensión paralela donde el tiempo no pasa. Muy fácil de hacer, baratísimo, con materiales que encontráis en todas partes y que vale para niños de todas las edades 😉

*Todo lo que veáis en imágenes es infinitamente menos impresionante de los resultados reales, de verdad: Tenéis que hacerlo!! Estoy tan emocionada que hasta me estreno con los vídeos para picaros más aún. Mirad cómo queda:

 

 

 

Hikari no Hako: «diversión en la luz»

La inspiración ha venido de mano del artista Taizo Matsumura y de esta página que encontré por casualidad investigando sobre mi nueva pasión, la pedagogía Reggio Emilia (la llaman la pedagogía de la luz, imaginaos…pasad por el link a ver cosas preciosas y súper inspiradoras). Volviendo, el invento se llama Hikari no Hako (algo así como «diversión de la luz») y parece ser bastante popular entre los niños japoneses. Los sets para hacerlo se venden aquí, y parece ser que organizan talleres y todo, una pena pero nos pilla un poco lejos… El artista ha hecho varias exposiciones y algunos escaparates espectaculares, aquí abajo os dejo algunas fotos. Además echad un vistazo a su obra basada en la luz e ilusiones ópticas porque es absolutamente GENIAL.

 

 

Mi versión es un poco distinta a la original (que es de un solo uso) porque le he añadido las tapas de plástico transparente para poder utilizar la caja como base para crear y experimentar con colores y distintos materiales. Además he intentado hacerla con una caja resistente para que aguante la tralla que le espera…

 

 

Juego libre y horas de experimentos con luz y color: fusión de ideas Waldorf y Reggio Emilia.

 

La caja mágica de luz me parece una actividad estupenda para hacer como manualidad con los más mayores (desarrolla muchísimo la motricidad fina haciendo canutillos y pegándolos) o para presentar ya terminada a los más pequeños como Bichillo. Tiene unas cualidades muy especiales que hacen de ella un juguete único porque:

· No implica el uso de tecnología, se puede usar a la luz del sol

· Es de fin abierto, se puede experimentar infinito con él, con la idea e incluso con sus piezas por separado.

· Tiene miles de aplicaciones educativas con la luz y el color, desde la reflexión hasta las mezclas de colores, para pasar de la «magia» a la «ciencia» y aprender sin darse cuenta.

· Se me ocurre que es un híbrido perfecto entre Reggio-Emilia y Waldorf, el concepto es muy parecido a la mesa de luz pero portátil, se puede usar con o sin luz eléctrica de fondo. Los efectos de luz, color y brillos se asemejan en cierta forma a las aguadas de acuarela Waldorf, trabajando el sentido estético del color, las mezclas, la fantasía y la contemplación de «otros mundos».

· Al poder trabajar con luz natural, cambian completamente los colores en las distintas horas del día.

· Se puede llevar a cualquier sitio, no pesa nada y es ideal para manitas pequeñas

· Se puede también utilizar con la mesa de luz y sus accesorios.

· También se puede utilizar con cualquier fuente de luz eléctrica o incluso experimentar con una pantalla que vaya cambiando de colores (os lo muestro en los vídeos de abajo)

· Se puede jugar a ver cómo pasa la luz a través de distintos materiales, o incluso pintando sobre el mismo plástico transparente para ver cómo la caja mágica de luz transforma el dibujo original.

· Se puede utilizar del otro lado, para crear proyecciones en la pared con una linterna…

· O recortar siluetas de mini-personajes en los circulitos y crear un mini-mundo de luz y color…

 

Como veis la cabeza me va más rápido que los dedos para escribir todas las ideas que me vienen… Y es que la caja mágica tiene millones de aplicaciones: estoy segura que os va a enganchar!!!

 

El color es el alma de la naturaleza y del cosmos entero, y cuando experimentamos el color participamos de este alma

*Rudolf Steiner

 

Materiales necesarios para hacer una caja mágica de luz

 

caja magica de luz mama extraterrestre mylar light box hikari no hako

·  Una caja de cartón firme, no muy grande y con tapa (la de la foto tiene 14x19cm)

·  Mylar plateado, que es simplemente papel de regalo de plástico plateado liso, de ese que refleja casi como un espejo. También se puede hacer con los interiores de las bolsas de patatas fritas, por ejemplo, pero hace falta bastante y a ser posible limpio… Mirad el link de antes para entender lo que es, por si queréis hacerlo reciclando.

· 1 o 2 láminas de plástico transparente de consistencia firme, se pueden sacar de una carpeta transparente, de forro de libros (del de antes, que no se pegaba); o como el que uso yo que es grueso pero flexible y se usa para hacer las mamparas de las terrazas de los bares (compré bastante para el Quiet Book porque además se puede coser)

· 1 hoja de Papel vegetal

· Papel celofán de varios colores

· Papel cebolla, de seda o encerado (Waldorf) de colores

· Cutter y Tijeras (a veces lo que mejor corta el cartón es un buen cuchillo de cocina)

· Regla

· Lápiz y goma de borrar

· Rotulador indeleble (será para marcar las medidas en plástico)

· Cinta adhesiva transparente

· Pegamento

 

Pasos para hacer tu caja mágica de luz

1 · Vamos a medir bien la caja y a marcar con lápiz y regla una ventanita en la tapa y otra en la base. Para ello dejamos 1 cm de margen, o algo menos si la caja es pequeñita. Eso sí en los 4 lados de la ventanita dejaremos el mismo margen. Marcadlo primero y cuando lo tengais claro, lo cortáis con mucho cuidado de que no se rompa la caja al hacer presión. Las ventanitas tienen que quedar como en la foto de la derecha.

2 · Ahora haremos el nuevo fondo. Medimos la base de la caja por dentro y dibujamos un rectángulo de esas medidas en el papel vegetal. Lo recortamos. Lo pegamos por dentro de la caja, echando un poco de pegamento en la parte de dentro del margen de 1cm que recortamos antes. Dejamos secar.

3 · Para la nueva tapa, hacemos un procedimiento parecido, pero esta vez con el plástico transparente y dos veces, una para la tapa y otra para cubrir la parte superior de la caja cuando la hayamos rellenado de los canutillos. La tapa la pegaremos con celo (intentando tensarla un poco si es un plástico semi-rígido como el que he usado yo). La parte superior de la caja la cerraremos de igual modo cuando hayamos terminado el relleno.

4 · Ahora viene la parte que hace la magia de la caja. Es un poco tediosa pero os prometo que el resultado es excelente. Medimos la altura de la caja por dentro: esa va a ser la altura de los canutillos de Mylar. Tenemos que recortar muchas tiras del rollo de Mylar de ese ancho. Cuanto más exacto sea este paso, mejor y más ajustados quedarán los canutillos después, así que no lo hagáis a ojo que merece la pena que quede bien hecho (porque esta parte de la caja, una vez se cierra ya no se toca más).

Como es un poco lío porque el Mylar resbala bastante al cortar, os recomiendo marcarlo primero con regla y un rotulador y recortarlo con las tijeras después . Si sois más mañosos y tenéis una buena superficie de corte y un buen cutter podéis intentarlo también así directamente, pero es más complicado, probad y decidid la técnica que os va mejor.

5 · De las tiras de Mylar recortaremos rectangulitos de distintos anchos, como se ve en la foto de arriba. Cada ancho dará lugar a un diámetro distinto de rollito. Podéis ir probando distintos tamaños sobre la marcha: cerrad algunos canutillos y vais viendo cómo quedan en la caja.

Para cerrar los canutillos ponemos cinta adhesiva en en lateral, intentando que el cilindro quede lo más regular posible. Si se os pega mal no pasa nada, se puede despegar y volver a intentar -en cuanto hagáis un par de ellos le pilláis el truco-.

6 · Ya podéis empezar a colocar canutillos en la caja. Cuando la tengáis llena, ponedla con cuidado en vertical para que se apilen unos sobre otros y podáis ver si queda aún espacio por rellenar. Una vez esté todo lleno y os guste la disposición de circulitos, podéis cerrarlo con la otra lámina de plástico transparente que teníamos preparada. Primero revisad que no sobresalga de alto ningún cilindro, si sobresale hay que acortarlo. Luego superponemos la lámina transparente y si no se aplasta nada (si se aplasta es que está muy largo aún y hay que recortarlo unos milímetros) bordeamos bien con cinta adhesiva el contorno de la caja, tensando bien el plástico para que quede liso.

 

7 · Ya casi está! ahora ya podéis empezar a jugar con la caja y la luz, mirad cómo queda sin nada de nada, al ponerla hacia el sol (esta es otra caja mágica más pequeña que hice en un cubo de metacrilato como los que usé para los bloques sensoriales):

 

 

8 · Pero lo que mola de verdad es utilizarla para hacer composiciones de color encima del plástico transparente y cubrirlo con la tapa para fijarlo y que no se os caigan las piezas. Así que hay que preparar formas de papel celofán, cebolla y/o seda de colores e ir dejándolas en una bandeja.

 

Presentación e ideas

 

Cuando acabéis todo, se lo podéis presentar así a los peques, como en la tercera foto, imitando las presentaciones de las actividades Montessori. 

 

También podéis aislar la dificultad poniendo solamente recortes de un solo color, dos colores o una gama entera… Aquí os dejo unos ejemplos:

 

  • Colores primarios

  • En tonos fríos

  • En tonos cálidos

 

Aunque la actividad no esté basada en la tecnología, y en casa intentemos no usar nada de pantallas… Para fines puramente científicos (jeje) mirad como mola poner la caja mágica simplemente delante de una pantalla con colores que se muevan, con la habitación a oscuras para ver todos los detalles. Los colores no son tan brillantes como con la luz del sol pero el efecto es genial igualmente.

 

 

 

 

Ya os dejo por hoy… como despedida os enseño la última innovación de Bichillo esta misma mañana: pintar el plástico (y parte de la mesa) con ¡rotuladores de colores! El concepto lo tiene clarísimo, hasta le pone la tapa cuando acaba!! Otra cosa no, pero creativa nos ha salido un rato… 😛

 

La caja mágica es un invento genial 🙂

¿¿A qué estáis esperando para poneros a hacerlo??

Y ya sabéis, mandadme fotos de los resultados que me encanta ver vuestras ideas y cómo la usáis en casa.

 

 

5 Respuestas

  1. Mamaextraterrestre, pero qué mágico! No te veas qué ganas tengo de probarlo en casa 🙂

  2. Ala que chulo!!! Pues nada, ya tengo nuevo proyecto. Mil gracias por compartir!!

  3. Buenas,

    primeramente enhorabuena, me encanta tu blog. Quiero hacer una caja mágica y me gustaría saber, dónde puedo conseguir el Mylar plateado. ¿Podría valer un papel de regalo plateado? ¿Es necesario que los dos lados del papel sean plateados?

    Muchas gracias.

    • Si, claro, papel de regalo de ése que es medio plástico-espejo es lo que yo usé. Con que tenga un lado ya hace la función -pon lo plateado por dentro de los cilindros-. Saludos y ya me enseñarás cómo te queda 😉

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